Tras el visionado de L’enfant sauvage (El pequeño salvaje, 1969) y teniendo los conocimientos previos sobre la vida del jóven Víctor de L’Aveyron, se podría decir que el film se asemeja en toda su totalidad a como fueron los hechos en la realidad. Se trata de una película en blanco y negro que plasma la lucha del médico Itard por conseguir en Víctor una persona educada adaptada para vivir en sociedad, pero no se consiguió adecuadamente porque como bien comentaba en la película la señora Guérin, el doctor, se precipitaba demasiado en el aprendizaje del pequeño queriendo que este trabajase al día diez veces mas que cualquier otro niño de su misma edad, haciendo que el niño salvaje se pusiera nervioso y le dieran ataques de histeria.
Además de esta parte principal, también se observan diferentes métodos de aprendizaje de los relacionados a la naciente ciencia de la "medicina mental" o psiquiatría, pasión de Itard.
Algunos de estos métodos fueron, por ejemplo, dejarlo en una habitación desnudo con la ventana abierta durante la noche y con ropa de abrigo al alcanze del niño para que este asociara la ropa al frío y se la pusiera cuando ya no aguantara más; mandarle hacer un juego sencillo de ordenar ciertas palabras con sus objetos reales y cuando éste lo hiciera bien, simular que no era correcto y encerrarlo en un cuarto oscuro para estudiar el comportamiento de Víctor ante esa enorme injusticia; premiarlo con leche o agua cuando hiciera bien lo que se le encomendaba para que se esforzara en el trabajo, etc.
Durante los primeros meses de aprendizaje, el niño era mas agresivo y tendía mas a escaparse y a sentir desprecio por sus cuidadores, pero al pasar los meses, no solo Víctor se vestía como un niño mas, sino que mostraba sus sentimientos, cosa que conmocionó a Itard y le llenó de satisfacción, un ejemplo de esto es cuando lloraba o se le encerraba cuando este se portaba mal o no hacía bien lo que se le pedía.
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